Muchos turistas que llegan a Ría Lagartos para observar las colonias de flamencos y la laguna rosada de su salinera, desconocen que muy cerca de ahí, a solo 11 kilómetros, se encuentra San Felipe, Yucatán,
Muchos turistas que llegan a Ría Lagartos para observar las colonias de flamencos y la laguna rosada de su salinera, desconocen que muy cerca de ahí, a solo 11 kilómetros, se encuentra San Felipe, Yucatán, un pueblito pesquero que bien podría ser escenario de tantas historias de Gabriel García Márquez.
El extraño origen de San Felipe
San Felipe apenas tiene dos siglos de existencia, y aunque su historia parece corta, es rica en anécdotas, como la que habla de su fundación fortuita: cuentan que un grupo de pescadores se encontraba realizando sus labores diarias frente a la costa cuando avistaron una pequeña playa hasta entonces inexplorada.
Al desembarcar en ella y recorrer las zonas de mangle que la rodeaban, descubrieron un ojo de agua dulce que les permitió instalar un campamento pesquero.
La voz se corrió y pronto comenzaron a llegar más pescadores y sus familias atraídos por los abundantes recursos naturales de la zona. Así comenzó una pequeña comunidad que tiempo después se convirtió en San Felipe.
Un pueblo de colores
Llegar a San Felipe es un deleite visual, como si se visitara un pueblo antillano en pleno Yucatán. A medida que uno avanza por sus calles en dirección al malecón, aparecen fachadas multicolores de pintorescas casas de madera. La mayoría son de una sola planta, con techos de dos aguas, y ventanas que se mantienen abiertas de par en par esperando que la brisa marina las refresque.
Como es costumbre en los pueblos de la costa y el centro de la península, aquí la gente todavía se sienta a conversar afuera de sus casas al caer la tarde, mientras sus ojos curiosos siguen a quien pasa por la calle a pie o en bicicleta.
Pero si hay un sitio favorito entre los lugareños es el malecón, donde solía estar la playa Actam Chule. Según cuenta la leyenda local, fue aquí donde los españoles enterraron las joyas robadas de un cementerio de señores mayas.
Para chuparse los dedos
Es precisamente en el malecón donde se encuentra una de las recompensas de todo aquel que visita San Felipe: sus restaurantes de pescados y mariscos. Mención especial merece el restaurante Vaselina, cuya carta es un desfile de delicias preparadas con la pesca del día. Si es temporada de langosta, es casi un sacrilegio no probarla, tanto por su exquisitez como por su precio asequible.
Descubre Ría Lagartos desde San Felipe Yucatán
Desde San Felipe también hay tours hacia Ría Lagartos con las cooperativas turísticas administradas por los pescadores del pueblo.
Estos viajes en lancha duran alrededor de 2 horas y es casi seguro ver flamencos rosados, ya que a diferencia de otros sitios, estas aves permanecen aquí casi todo el año.
En el paseo también se llegan a observar cocodrilos y muchas otras especies de aves marinas anidando o alimentándose en las aguas bajas de los manglares.
Otro atractivo de estos tours son las mascarillas de barro exfoliante que uno mismo se puede aplicar. Este barro tiene propiedades minerales y el mismo guía se encarga de parar el bote en los sitios donde puedes encontrar suficiente para cubrirte todo el cuerpo. Eso sí, prepárate para sentirte como una roca cuando el barro se seque sobre tu piel.
Y para despedirse de San Felipe, no hay nada como sentarse a observar el atardecer desde uno de sus muelles, o quizá caminar por el malecón hasta el faro, para sentir la caricia de los vientos marinos y de paso agradecer que aún existen lugares así.
¿Te gustó San Felipe? Entonces también te encantará conocer Izamal, otro pueblito yucateco imperdible en el corazón de la península.
Wow! No conocía este lugar. Tendré que visitarlo pronto. Gracias por la fantástica reseña!
Acabo de ir y me encantó, muy cerca de Río Lagartos y Las Coloradas Yucatán, los tours que te ofrecen esto desde Cancún te lo cobran Carísimo, lo mejor alquilamos un auto en Cancún y fuimos a Las Coloradas, Río Lagartos (dónde alquilamos una lancha), que nos llevó a recorrer el Río, allí comimos en el Pulpo Maya, un lugar nuevo y comimos unos platillos deliciosos y baratos y de allí a San Felipe. Y gastamos un tercio del costo del tour. Pasamos un día muy feliz.
Qué gusto que hayas podido visitar San Felipe. Definitivamente es un lugar que enamora a primera vista. Saludos y te deseamos más viajes felices como este.